Separando los burgaleses Valles de Mena al NE y Losa al SO, encontramos esta espectacular masa rocosa con caídas verticales de más 500m. El recorrido por la cresta es un placer para la vista debido a la ausencia de obstáculos, pero es bastante más incómoda que la Sierra Salvada, a pesar de su aparente similitud. Al contrario que esta, hay vegetación baja, por lo que es mejor pegarse a los cortados para ir más cómodos.