Esta obra artística fue creada entre los años 1982 y 1985 por el escultor y pintor bilbaíno Agustín Ibarrola. Se ubica en una de las laderas del Valle de Oma, en la localidad vizcaina de Kortezubi cerca de las Cuevas de Santimamiñe. Se compone de 47 figuras geométricas, humanas y animales pintadas en los troncos de los árboles, que para ser vistas tienen que ser observadas desde determinada posición.