El Moncayo, tambien llamado San Miguel, es el techo del Sistema Ibérico y una de las montañas más destacadas de la península marcada nítidamente en el cielo entre Castilla y Aragón. Su gigantesca y característica silueta es percibida desde la depresión del Ebro e incluso mucho más allá, desde las montañas del Pirineo Occidental. Las sierras que lo circundan son notablemente más bajas, por lo que, a diferencia de lo que ocurre con las restantes cumbres notables del sistema montañoso, esta cima es muy fácil de diferenciar sobre los lejanos horizontes. Posee una visibilidad topográfica de casi 200km y una prominencia que roza los 1.300m, así que representa el punto culminante del quinto sistema montañoso más importante de la península tras la Cordillera Penibética, los Pirineos, Cordillera Cantábrica, y el Sistema Central. Estos cuatro elevan las cuatro montañas más prominentes peninsulares, con valores por encima de los 1.500 metros. Sin embargo, el Moncayo no ocupa la quinta plaza en ese ranking de grandes montañas, sino que no figura en el listado de las diez más prominentes. Se sitúa en la confluencia de los reinos Navarro, Aragonés y Castellano, fueron los romanos los que observando sus nieves durante casi la totalidad del año le dieron el nombre de "Mons Caunus" ( El Monte Cano, Blanco ). Los glaciares del cuaternario han dejado huella en la montaña en forma de tres circos glaciares a modo de hoyas: Hoya San Miguel, San Gaudioso y Morca.